Y para la orilla del mar nos fuimos, canshadas de un largo invierno que parece que nunca acaba
Con la arena en vez de castillos construimos yurtas
Vimos holas gigantes
Y la ballena quiso jugar con nosotras, aunque no le hicimos demasiado caso
Una concha enorme nos hacía soñar con sirenas reinonas, tambores, peces emocionados... a mi me hizo soñar con tus ojos, color de ese mismo mar que nos divertía...
Y toda esta excursión envuelta en un silencio maravilloso de esos que te gustaría que nunca acabasen
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